T E L E G R A M A D E S D E L A H A B A N A
Para Fornes
Estoy debajo del paraguas doble de enero.
Entra un norte. Arranca trozos del malecón.
Regresan al mundo los que vinieron a ver lo que queda de uno.
Las sábanas que les puse ya están limpias y dobladas.
Las tazas y cubiertos donde sabes.
Cero fiestas. No parece haber venido nadie.
Siguen el piano y el mar intentando que olvide.
Escriben diciendo si encontraron frío o cuentas bajo la puerta.
Nada ha pasado de esta parte.
Silencio.
Gracias por llegar.
Estamos vivos.
Gracias por las fotos y el deseo.
Allá: Hijos, casa y vida real.
Aquí: Pasado y una cucharada de mi presente atormentado.
Sigo sepia en sus recuerdos.
La ciudad pierde algo si camino sola.
Hasta diciembre.
Espero.
Regresen.
El norte arranca pedazos.
Se van cosas que quiero conservar de mí.
Espero.
Vuelvan a restaurarme toda.
No olviden:
Extraño.
Hasta diciembre.
Nieve
Para Fornes
Estoy debajo del paraguas doble de enero.
Entra un norte. Arranca trozos del malecón.
Regresan al mundo los que vinieron a ver lo que queda de uno.
Las sábanas que les puse ya están limpias y dobladas.
Las tazas y cubiertos donde sabes.
Cero fiestas. No parece haber venido nadie.
Siguen el piano y el mar intentando que olvide.
Escriben diciendo si encontraron frío o cuentas bajo la puerta.
Nada ha pasado de esta parte.
Silencio.
Gracias por llegar.
Estamos vivos.
Gracias por las fotos y el deseo.
Allá: Hijos, casa y vida real.
Aquí: Pasado y una cucharada de mi presente atormentado.
Sigo sepia en sus recuerdos.
La ciudad pierde algo si camino sola.
Hasta diciembre.
Espero.
Regresen.
El norte arranca pedazos.
Se van cosas que quiero conservar de mí.
Espero.
Vuelvan a restaurarme toda.
No olviden:
Extraño.
Hasta diciembre.
Nieve
Precioso poema, Rafa. Cuando leo cosas así, llego a pensar que sin dolor no hay poesía.
ReplyDeleteSaluda igualmente a Wendy de mi parte si vuelves a estar en contacto con ella. Conocí a su madre, que siempre me pareció una mujer muy dulce.
ReplyDeleteMe alegré mucho de reencontrame con Xuan. Le tengo mucho cariño porque casi la vi crecer. Yo era (aún soy) muy amiga de su padre, el diseñador Modesto Braulio. Los quiero mucho a ambos... Esta es una de las cosas buenas que tiene el exilio. El reencuentro con amigos y conocidos --incluso los saludos a distancia-- permiten apreciar aún más el valor de la amistad.
Linda metafora y profundo mensaje trasmite ese hermoso poema de Wendy.
ReplyDeleteComplacido de encontrar su página